31/08/05

Urban Lion


Me sabe el hocico a sangre seca, como caballo desbocado.
Tengo mil idas al pozo y ninguna gota de agua.
Persistente olor amargo, a uva muerta, a pájaro herido, a fénix delirante, a poema seco, a ceniza de caña.
Amortiguando la realidad, partiéndome cada día. Cinco mil hojas de la misma página. Me comienzo a dar cuenta, pero no quiero, de que soy el mismo hombre de hace cien años, que el día de hoy es el mismo de hace mil años.
Hoy se trabaron los días. Agua, vino, luna, cine. Nada es . Todo es nada. Soy poeta por flojo y ocioso. Pero esa respuesta no es la que estaba buscando. Mis manos apenas teclean. Yo apenas respiro este aire exhausto y caliente. Creo que un sapo me está mordiendo.

Cerro de la Campana (after tsunami)

(Foto: Raúl Ortega)
Este verano vino un amigo de Bélgica a visitar a uno de mis compañeros de casa. Somos tres los que vivimos en la mazmorra, que es el alias bien ganado de nuestro departamento. Por costumbre tenemos las puertas muy abiertas y hemos llegado a recibir de todo: desde amigos trasnochados, familiares de paso y refugiados políticos, hasta intelectuales europeos que de gira pasan a visitarnos. Lo de intelectuales es un decir, por supuesto. Lo de refugiados políticos también. Lo de familiares no. Lo de amigos es digamos... muy común.
Nuestro actual visitante, que no visitador, ha viajado por varias partes del mundo, su destino anterior inmediato fue la India. Nos dice que en su Universidad se arreglaron para hacer un viaje al sur del país de Gandhi poco después del tsunami (o “surimi”, como diría Ninel Conde). Todavía no me logra explicar qué es lo que exactamente fueron a hacer ahí. No ayudaron con la distribución de bienes, no participaron en las operaciones de rescate, no construyeron refugios, no fueron staff de apoyo en los albergues... creo que sólo fueron a VER. Que supongo es lo que también vino a hacer aquí a Mty. VER.

El primer día que llegó salimos todos a la terraza de la mazmorra a fumar cigarros y ver los cerros de la ciudad. Lo que dijo nuestro amigo en un español tan perfecto que da risa fue: “Ese monte me recuerda mucho a India después del tsunami, todas las casas rotas, toda la gente pobre, mucho verde, muchos colores, unos encima de otros”. Le dijimos: "No, no, no…esa pobreza no es Mty". Sinceramente preocupado nos contestó: "¡¡¡Coño!!! ¿Entonces en dónde estamos?".

Un clásico:
Bueno, sí....pero, no.

26/08/05

Still looking for LA MAGA

(Edith Aron/La Maga)
Hoy Julio Cortázar estaría cumpliendo 91 años. Pero no.
Murió en el 84.

¿Para qué escribir algo sobre él en su día si mil cronopios seguramente lo están haciendo?
Mejor cebar un mate, abrir un disco y leer las perras negras de Julio. Pero tampoco me puedo quedar sin escribir nada, absolutamente nada…

Una tan violentamente dulce vida: biografía de genio escrita con tinta sepia. Su travesía de la UNESCO al Fidelazo y de Bruselas al DF, toda, toda, estuvo teñida por la ausencia/presencia de la Maga.

Aquel personaje rayuelesco, que motivó a varias muchachas (suena muy raro el sustantivo escrito) a fumar Gitanes y calzar zapatos rojos con medias negras, leer surrealismo y aventarse al Sena por allá de los sesentas, sí existe. Se llama Edith Aron y dicen que vive cerca de Abbey Road, en Londres –in a very nice flat-.

Dicen también que volvió loco a Julio desde que tenía veinte, la conoció en Buenos Aires y se la encontró una docena de veces años después en Paris. La constante casualidad de encontrarla en sitios increíbles (una librería, la fila de un cine, Los Jardines de Luxemburgo, una plaza por la tarde, un panteón) empujó al muchacho al decante por los poemas, la barba loca, las caminatas sin rumbo y los lentes innecesarios (Cortázar no tenía ningún defecto oftálmico hasta antes de los 40 pero usaba anteojos).

Julio era lampiño de joven, pero a Edith-la preMaga le encantaban tanto los hombres con barba que el argentino se tuvo que someter a una operación de glándulas para que le creciera más vello. La intervención quirúrgica fue buena…le creció pelo y nunca se volvió a rasurar.

Él con la barba desarreglada y la pre-Maga toda despeinada, intentaron ser pareja. Pero ninguno de los dos apretaba el dentífrico desde abajo, doblaba las toallas o hacía la cama. Julio la dejó tiempo después por una mujer-más-mujer-mejor-mujer. Después publicó Rayuela. Edith Aron dejó de creer en las coincidencias, optó por lo segurito. Cortazar todavía publicaría cuarenta textos más después de su mejor novela, buscando conseguir no sé que cosa.
Para no explicarnos qué buscaba, Julio Cortazar hoy no cumple 91 años.
Desde la Rue de Seine, en el Pont des Arts o frente al arco de Quai di Conti…La Maga.
¿Y vos Julio, desde dónde?

25/08/05

Where are you APA?

(Foto: Kuwait Inferno/1990/Robert Bumpas, NCAR)

Estoy adjuntando un cuento corto publicado por Babab en su edición de verano, excelentísima revista digital.

EL EJERCICIO HACE AL MAESTRO
"Vivía en un ático, y un buen día le dio por aprender a lanzar el bumerán. Tuvo que comprar muchos antes de dominar la técnica." por Jaime López

Espero no tener problemas con el copyright, en la Universidad me enseñaron a citar, pero ¿cómo se rigen los blogs?, ¿por APA?

20/08/05

Remeber loco

(Foto: Tomasz Gudzowaty y Robert Boguslawski/WPF)

"Remember, siempre remember" me dijo un loco que estaba acostado en el parque el otro día. "Por supuesto viejo", pensé. Me cayó muy bien el vagabundo pero no le tiré ninguna moneda. Nunca me la pidió y además nunca le tiro monedas a los que piden limosna en la calle a menos de que sean candidateables para el "pejevale del viejito".

Sé que es pecado no dar al necesitado, pero esta premisa forma parte de mi política exterior. Tampoco participo en rifas, sólo las que son entre amigos. Le rehúso a las quinielas. De azar poco: el cubilete y las cartas. Así es mi política exterior; pragmática, congruente, sólida, limpia. Como zapato boleado.No tengo suerte así que no puedo andar confiando en los astros todo el tiempo.

Pero "remember, siempre remember". Y bueno, invocado por las palabras mágicas del vagabundo loco que se me adelantó una vida y que me conoce no sé de donde –me debe conocer-, me acuerdo de algún recuerdo. "Remember, loco, remember".

Me acuerdo de los malos hábitos que tuve, que tengo, que debo de tener. Trato de recordar qué soy yo. Y le aviento una moneda al vagabundo. Dos monedas. Tres monedas. Pienso luego que debe haber algún lugar del mundo para aventar todo lo que traigo en las bolsas. Puede ser una fuente, una plaza o una máquina. Y que las coja el vagabundo o los que quieran, o si no que se queden bailando todas en el piso como si hubiera aventado mil canicas.