12/03/08

Martes en la noche

Fueron ocho whiskys irlandeses, dos por uno. Me decía: no soy ni tan güera ni tan hermosa. Y así, toda la noche, hasta que nos fuimos a su casa y nos quedamos estacionados una hora. Así nos dimos cuenta de algo que todos sabían. Después, un leve grito.

4 comentarios:

Andrea Mentxaka dijo...

ei continUa esta historia por favorsss.

Patrulla dijo...

Eso amerita Ministerio Público...¡Ya no hay moral!, ¡y en la vía pública!

Olga Fabila dijo...

psssss...Solo va a aprender cuando le den el lamparaso, nada que ver con alguna experiencia personal.

Marco Bodegas y Christian Ehrlich dijo...

un orgasmo? En la vía pública? No me sorprende que Ratzinger invente nuevos pecados para malos hábitos.