23/11/05

Nos vemos

28NOV
MO

FLIGHT: 894
MEXICO DEPART: 1035
LAS VEGAS ARRIVE:1235

CLASS: N
SEAT: 05D
LUNCH

22/11/05

Strange days

Lesson of the mexicanísimo in three shots:

13:46 hrs
La temperatura ha ascendido 15 grados en sólo 12 horas. Es incómodo andar por la calle con traje después de medio día de trabajo.

14:35 hrs
En los exhibidores de música de MIXUP me dispongo a escuchar el más nuevo material de TITAN. En el mismo magazine se encuentra el reciente disco de Alex Lora del TRI.
Me topo con las siguientes canciones:
“Todos somos piratas”
“Políticos rateros”
“Juan Pablo II”
“El Peje Atajo”


15:30 hrs
Justo a tiempo llego a las oficinas centrales de Grupo REFORMA para iniciar la segunda jornada laboral. Se percibe algún tipo de aglutinamiento en la puerta de la entrada. Las personas tienen letreros con la leyenda: Yahir TE AMO. (Pensé que eran protestas por el rediseño de nuestros periódicos, también pensé que Yahir se escribía con Jota). Una mushasha de las que sostenía un letrero me pregunta si yo también soy de LA ACADEMIA de TV AZTECA.
Sí…soy pro académico, pero no tengo nada que ver con TV AZTECA, le respondo. Hasta ahorita vengo cachando su pregunta.

18/11/05

Superioridad

Hoy a las 7 P.M se juega la final de la ONEFA entre los Borregos Salvajes y los Auténticos Tigres.
Y aunque existen una serie de argumentos financieros y de otra índole que agregan claroscuros al impecable palmarés de los Borregos, siempre llena de orgullo ver triunfar al equipo representativo más importante del Alma Mater. Sobre todo al recordar que yo también defendí los colores del Tec en la misma grama frente a los mismos rivales, aunque en lugar de cachar un ovoide, me dediqué a patear un balón perfectamente redondo.
"Hace varios años se inició una institución
lleva por bandera la excelencia
todos sus alumnos compartimos el sentir
de lealtad, superación y fuerza.
Los borregos, los borregos
ponen todo el corazón siempre sincero
tradición de competir y lograr sobre
salirpor el Tec de Monterrey."

17/11/05

Mayday

Es imperativo que les platique mi último encuentro cercano con el lado oscuro.

Mientras a Monterrey llegaba un frente frío que disminuyó diez grados la temperatura en menos de cinco horas, mi avión se encontraba en el aire con la intención de aterrizar en la Sultana del Norte luego de haber despegado del DF.

Después de cuarenta minutos de vuelo y ya casi llegando a MTY, el piloto nos pidió abrochar cinturones porque se avecinaba turbulencia. Ésta desagradable condición aeronáutica, que aún me tiene mareado, duró aproximadamente 15 minutos NONSTOP.

Al iniciar el descenso, la tripulación desapareció (nadie sabía donde estaban las aeromozas aún y cuando los vasos y cacahuates de la mayoría de los pasajeros se encontraban tirados y rodando por el piso) y el avión se comenzó a tambalear más y más. En ese momento me arrepentí de haber pedido jugo de naranja y no una cerveza. El avión se tambaleaba como barco camararonero en altamar. Empezó a oler a miedo.

Las reacciones no se hicieron esperar, una señora sacó un rosario, varias comenzaron a rezar, los niños a llorar y muchos pasajeros a exclamar en voz alta una -ahora graciosa- gran cantidad de vituperios y otras frases propias del que ve la muerte ante sus ojos: Que alguien nos ayude, Ay diosito santo, Qué está pasando. Aunque sinceramente, lo más común fue un sonoro: No mames, no mames, algo indigno para un pueblo guadalupano como el nuestro.

Yo pensé de todo. Lo primero: No puede ser que esto esté pasando. Segundo: Que bueno que estoy cerca de una salida de emergencia. Tercero: ¿Cómo se abre la salida de emergencia?. Cuarto: ¿De que llora esta señora que está al lado mío, ella como quiera ya vivió, pero yo, un joven de 22 con toda la vida por delante...

Nos aproximamos cada vez más a la pista de aterrizaje de emergencia del aeropuerto Mariano Escobedo, pero los tambaleos en el avión seguían y cada vez eran más pronunciados. Me alarmé más cuando pude observar por la ventanilla del asiento 17A una larga fila de ambulancias y carros de bomberos aguardando a una prudente distancia de donde se suponía iba a aterrizar nuestro avión.

Yo sabía que algo iba a pasar, era demasiado obvio que el avión le iba a llegar muy descompuesto a la pista. Por las ventanillas a veces se veían la luces de la ciudad y luego desaparecían, muestra de que el tambaleo era sumamente pronunciado a una altitud ya francamente baja.

Cuando las llantas tocaron la pista, el avión siguió descompuesto y comenzó a derrapar. Los motores se prendieron al máximo para intentar frenar el ya inminente peligroso aterrizaje. Nos derrapamos como un vocho, rodaron miles de cosas por el piso del avión. Pero no fue necesario utilizar la capacidad extingue fuegos del cuerpo de bomberos. Las ambulancias sólo para algunos shockeados.

11/11/05

El guía de las cuevas

(Foto: Raúl Ortega)
Eso que estas viendo, loco, no son mas que un montón de estalactitas, el sudor del mundo petrificado que se cansa de a madre de decirte a ti, loco , que estás loco, que la roca es dura e impenetrable; ya ves que no importó que se te hayan caído todos los dientes por intentar abrir una a mordidas y no poder distinguir, una vez que le hubiste quebrado apenas un pequeño pedazo, que la roca sigue siendo roca, que a pesar de que te quedó el hocico todo aterrado, en realidad lo que se combinaba con tu baba, tu sangre y restos de dientes no era tierra, era roca, roca, roca. Basta, loco, basta, eso también es roca, son estalagmitas, es el vello erizado del mundo, loco, ni se te ocurra pensar que si arrancas una, el mundo va a pegar el grito en el cielo; ahora sin dientes sólo te quedan las manos, basta loco, es roca.

07/11/05

Tijuana

(Foto:NG/1986)

Donde Yo & You se encuentran, la contradicción es anestesiada. Yo soy You.

Letras Libres / noviembre 05 / H.Yepes

01/11/05

La muerte del bolero

(Foto: Ramón Masats/1960)
No sé por qué. Nunca voy a saberlo. Pero no es bueno dejarse atosigar por todos los muertos-de-hambre del mundo, si no, qué serían de las agradables boleadas de zapato en donde por un amigo, un chiste, el pronóstico del tiempo y elegancia a la mano, sólo cobran un dólar.
Todo esto, estos dos renglones que no son más que un copito de letras, lo masticaba todos los lunes en lo que iba de la oficina al asiento de Montoya, el bolero del centro que atendía todo el día a políticos, empresarios, desempleados en busca y prostitutas con cruda. En el camino, sin mentir, me pedían dinero sin falla ni pena unas cinco personas. Y bueno...ayer se murió Montoya,mi bolero... y esos cabrones siguen deambulando como si nada, es más, en una de esas hasta les amenece mejor. Yo paso de largo la silla de Montoya, ahora vacía, apenas giro la cabeza para verla, e inmediatamente vuelvo a pensar que no sé por qué, ni nunca voy a saberlo, pero no es bueno dejarse atosigar por todos los muertos...