17/07/07

Canela en la mañana

No se puede hacer mucho con un día en el trabajo cuando huele a caca, literal. Este edificio tiene un detalle en los cárcamos que se utilizan para almacenar el drenaje: rodean los filtros del aire acondicionado. Pero el olor es lo de menos.
No creo que pueda trabajar hoy, me dice un "colega", por qué, le digo, porque me duelen los huesos. Cabrón, ¿cómo te van a doler los huesos, osea, cómo sabes que son los huesos?, Me duelen los huesos, es en serio, no creo que pueda trabajar. Y entonces va con el "jefe", y le dice que le duelen los huesos y se va a su casa a reposar para que le dejen de doler los huesos. Sospecho que nadie se da cuenta del olor a caca. Sospecho que nadie se da cuenta que no es normal que alguien, así de huevos -Rimbaud dixit-, diga que le duelan los huesos. Ahora huele a canela, es el spray que rocían los muchachos cuando esto se pone mal.

2 comentarios:

Marco Bodegas y Christian Ehrlich dijo...

Tú tienes un edificio que huele a caca, aquí un techo que gotea con madre cuando llueve....

¿será una señal?

Andrea Mentxaka dijo...

guiu

tú también hubieras dicho que te dolían los huesos...

y así armaban una historia como la de la escuela de las monjas koreanas con niñas que no pueden caminar

una epidemia de periodistas que les duelen los huesos

cuando en realidad ha de ser que huele a KK.