28/12/07

Al tanto

Estoy aquí con un piquete de araña en la palma de la mano, me quedé dormido en un sillón de mimbre viejo que tenemos, con la ventana abierta en medio de la tarde contaminada y desperté ahora, las siete de la noche invernales, que son de susto, es como si no hubiera nadie en la Ciudad, o como si todos estuvieran escribiendo en sus casas, muy pensativos, o como si todos estuvieran caminando solos, entonces me despierto más, me rasco la mano, incómodo, y pienso que puedo escribir, aunque en realidad yo no escribo, pero es un decir, pienso en el funeral de Bhutto y los muertos y las ciudades sin radio ni TV de Pakistán, y en los veintantos muertos, me rasco y pienso también que puedo escuchar algún disco, armar mi booklet de Radiohead que me llegó ayer, pero el foco de mi cuarto está fundido, sólo sirve el del pasillo de la casa, y mi lámpara no me alcanza ni para armar eso ni para leer, porque tiene un foco rosa que no quiero encender, uno de esos de la lucha contra el cáncer, entonces pongo un disco, cualquier cosa. Me rasco.

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