Alguien me dice "los Shar Pei son unos hijos de puta, muerden, la gente los empezó a comprar porque pensaron que sus arrugas eran cookies, y luego los empezaron a abandonar...fue algo muy de los ochentas". Luego, me dice "los Dálmatas son también bien hijitos de puta, bueno no tanto como los Shar Pei".
Más allá de las categorizaciones por raza, eventualmente precisas, el humor y la personalidad de los perros es algo a lo que cualquier peatón es vulnerable y que, por eso, se vuelve un asunto de interés público.
Me entero por el renovado IHT, que en Virginia alguien pensó ésto de lo de que los perros pueden ser unos hijos de puta no es algo que se pueda dejar pasar tan fácil, y que lo de las perreras no necesariamente es una solución efectiva al humor del can agresivo, sobre todo si tiene dueño. Así que en ese estado de la costa este acaban de crear una base de datos de perros peligrosos. Una base de datos "personalizada", en donde aparece una foto del perro, sus últimas vacunas, su dueño y su "territorio". No me queda clara la virtud pragmática del sitio, pero es curioso.
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Hace 5 horas.

3 comentarios:
Bite me! pugh!
Tu galletita! te debo tu galletita!
Si los shar pei y los dálmata son unos hijillos de puta, qué me dices de los malditos chihuahua, estoy segura que en los cuarenta, éstas bolsitas neuróticas de huesos fueron canes hitlerianos. Tras lo que uno puede pensar respecto a los nobles pastores alemanes y sus filiaciones ideológicas, a un chihuahua yo si lo imagino perfectamente como elemento de la Gestapo.
Besos.
En China se comen a los chihuahua. Y no es cuento chino.
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