Estar aquí es pensar en los cerros. En los cerros enfantasmados. Cerros doble erre. Un paisaje limpio con una luna constante que vigila una típica noche, bien oscura, bien cargada de estrellas y un orden impecable del tiempo: las 9 de la mañana, las 3 de la tarde y las 7 de la noche, -el tiempo Cortázar, la hora cruel. La simplicidad en demasía es agobiante, todo bien doblado, los árboles muy otoñales, charlas propias y bien medidas y pop como para bailar toda la noche. Pocas decepciones. Las decepciones están en otra parte, lejos y fantasmales, como los cerros.
Nick Cave’s Veiled World: the starry tale of how sometimes the devil
doesn’t have the best tunes
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This documentary on the musician interviews everyone from Flea to … Rowan
Williams. It’s a thoughtful take on his songs and Christianity
Devouring the ne...
Hace 10 horas.

3 comentarios:
¡Qué envidia el aire puro que respiras! y sobre todo, la aprehensión por tu tierra, esa también se escribe con doble rr.
Besos.
¡Féliz Navidad!
cuál tiempo Cortázar... por dios...
si las seis de la tarde, o más bien, el punto entre las cinco y cacho y las ocho es horroroso.
La noche siempre es mejor.
ah, sí, y las noches bien oscuritas, ayer fue oscuro y sí, hubo estrellas. y luna de Cheshire.
No sé. Yo te extraño Leyva.
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