Llueve en la Ciudad. Llueve como pretexto, simple, blando y molesto. Lo de molesto es una formalidad, nada serio; cuando las gotas se hacen más grandes, la lluvia es mejor. Las ventanas gigantes hablan. Sobre la Del Valle, el lugar de los mil edificios y los cuartos chicos, donde las casas viejas le han cedido todo a las cajas de apartamentos, el panorama es monotono, liso y gris, muy urbano. Llueve, y una ventana se hace mil ventanas. Y un pinche loco, con su aire acondicionado. La Degetau toma una foto.
‘We were treated like enemies of society’: Japan’s dangerous hardcore punk
scene looks back to its roots
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The pressure to conform in Japanese society made being a punk risky – even
before you factor in the flamethrowers. As a new rash of reissues arrives,
80s...
Hace 23 minutos.




