14/06/07

Verano

Aquí en la Ciudad coquetea un terremoto, pero nada grave, en realidad todos estamos listos para lo que tenga que pasar.
El calor sofocante, los ríos amargos de asfalto y la peste del verano que esta vez será interminable nos tienen lo suficientemente alertas para esperar la catástrofe. La mitad del año se ha ido. Los recuerdos del frío, el invierno, y el destemple etílico corren atrás de nosotros, cada vez más lejos como animales perdidos en un bosque oscuro. Me he estado insistiendo, música y lo que sea necesario de por medio, en la necesidad de empezar a construir esa plana gigante para estampar las metáforas, los recuerdos y la insoportable e inocente cotidianeidad de esta vida que estoy seguro se replica millones de veces por el DF. Pero es muy difícil, el calor amarra. Y, además, creo que soy una máquina.

1 comentario:

Andrea Mentxaka dijo...

mi rey, para etiquetar como 'calor' vente un ratito pa' Monterrey... como diría piporro "y que empiezo a sude y sude..."

da gracias del calor chilango, aunque no de los terremotos.