12/01/09

Los enemigos

Nota: No pude organizarme con otra plataforma como hubiera querido. Así que esto se queda aquí, en este sitio, con este nombre. Los cambios gráficos ahí están, a lo amateur. Los de fondo espero que se noten.


Ese martes, muchos teníamos pensado tomarnos un tiempo para reflexionar en papel o en diálogo sobre la victoria de Obama sobre McCain. Ver sus discursos por la Tv, el del derrotado y el del vencedor, que en cualquier caso serían una lección para nuestro país todavía desacostumbrado a las elecciones libres, a las campañas cerradas, a las propuestas diametralmente divergentes. Pero no hubo tiempo de esos minutos de reflexión, en México el eco del "Yes we can" del que será el primer presidente negro de los EUA apenas se escuchó ese martes. Nuestra sociedad civil informada no pudo disfrutar plenamente de la inyección de ánimo moral y esperanzador que significó la victora de Obama; nuestros problemas nos nublaron. Ese día, un accidente de avión mató a varias personas, entre ellas a Juan Camilo Mouriño. El temor fue que había sido un atentado del narcotráfico, el primer magnicidio relacionado con el crimen organizado. Hubo una gran cantidad de teorías para explicar el avionazo, hubo miedo, terror y consternación en el país como pocas veces --caso Colosio, si acaso--. Conforme pasaron los días, todas las hipótesis "malignas" se cayeron. El culpable no fue el narco, nuestro enemigo más debastador de los últimos días, no fue un país extranjero, no fue la guerrilla. Lo que ocasionó la tragedia fue una combinación de corrupción (en la expedición del certificado del piloto), la imprudencia (de la torre de control) y el desdén al cumplimiento de la ley. Así moriremos lento... ¿Cuándo?... este año servirá para hacer un diangnóstico más preciso: tendremos elecciones, ahí está la crisis y los ataques del narcotráfico contra la prensa se incrementarán.

1 comentario:

Anónimo dijo...

El narcotráfico podría evolucionar, así lo creo, hacia una forma de violencia mucho más tecnificada. No me extrañaría que empezaran a golpear instalaciones estratégicas del Estado.

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