Lo del piquete de araña debe haber sido entre las 5, que es cuando más profundo sueño, y las 7. Supongo que el veneno tardó una hora en entrame bien al cuerpo, porque para las 8 ya había descubierto la nueva enfermedad del hombre moderno: migraña, deshidratación, migraña, escalofríos, migraña, cuerpo cortado, migraña; una cruda sin haber tomado. Y en la oficina, nada, ni una aspirina, ni un buen café, sólo una Post-it:
“Somos un signo incomprensible trazado sobre un vidrio empañado en una tarde de lluvia…S.Elizondo”
Lo grave, además del veneno que para esa hora ya se paseaba por mis venas, fue descubrir hasta tarde quién había escrito la nota. Eu.
Dave: The Boy Who Played the Harp review – it’s clearer than ever what a
stunningly skilled rapper he is
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Returning with his first album in four years, the arena-filling UK rapper
is still such a smart, sharp lyricist as he explores a series of
existential cr...
Hace 21 horas.

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