Entre periodistas, a nivel reporteros, no hay un político más adorado que López Obrador.
Entrenados en su mayoría para obtener declaraciones controvertidas, desprendidas principalmente de entrevistas “de banqueta”, optan generalmente por lanzar palabras al aire y esperar la respuesta del entrevistado. Estas dos condiciones, ceteribus paribus, fueron las que propiciaron que las “Mañaneras de AMLO” tuvieran tanto éxito. AMLO contestaba lo que se le antojaba y generalmente, el tono estridente de sus declaraciones empujó a que las notas llegaran a las más altas jerarquías de las agendas editoriales de los diferentes medios.
Hace dos días, ser repitió el fenómeno. AMLO presentó un video en donde presuntamente probaba el “embarazo” de una urna guanajuatense y la alteración de un acta en un distrito queretano. Al momento de hacer la presentación, los reporteros que acompañaban la conferencia de prensa tuvieron una regresión…perdieron todo juicio crítico, todo balance periodístico, toda objetividad, todo escepticismo. No se escucharon preguntas inquisitivas al respecto. Por el contrario, los reporteros se abalanzaron sobre AMLO con preguntas "paleras": ¿Entonces estamos hablando de que hubo fraude en la elección? AMLO: Si. ¿Esto pasó en TODAS las casillas? AMLO: Por supuesto, fue sistemático. ¿Quién fraguó el fraude? AMLO: El aparato del Estado, es el Estado. AMLO dijo lo que quería decir y los reporteros escucharon lo que querían escuchar, sin embargo, editorialmente AMLO no dijo lo que a un medio profesional le hubiera interesado. Esta situación, obligó a Televisa y a REFORMA a realizar (de forma separada) investigaciones que complementaran la información de la conferencia. Lo que decantó fue lo siguiente:
“Castro Razo –presidente de la casilla “embarazada”- relató que el 2 de julio, al iniciar el conteo de votos para Presidente de la República, hallaron tres boletas que correspondían a la urna de diputados, por lo que las depositó en presencia de todos los representantes de partidos -incluyendo al del PRD- en la urna correcta.
Este hecho, grabado en video, fue el que presentó ayer el candidato de la coalición Por el Bien de Todos, Andrés Manuel López Obrador, como prueba de que se "embarazó" la urna.
Sin embargo, el procedimiento de cambio de boletas está previsto en el artículo 231 del Cofipe.”
A pesar de que se sabe que el montaje perredista no es más que otro recurso premeditado para engañar a las masas, el daño está hecho; apuesto a que sus huestes no leyeron EL periódico de hoy.
5 comentarios:
Resulta difícil distinguir entre lo que se considera una nota, una columna, y un editorial de La Jornada. Eso a menos que se ordenen de mal a peor, o en grado de sesgo. ¿Cuánta gente lo leerá, y qué gente?. ¿Podrán ellos distinguir la naturaleza de los textos?
Increíbles las pruebas de AMLOve. La dramatización ha sido exhibida como una impostura retórica desde la cúpula negroamarela {no dudo que haya sido idea del Sr. Arreola, ese temible maquiavelo pejeísta}.
50,000 casillas con fraude significan 50,000 representantes de AMLO que no supieron hacer su trabajo al supervisar el escrutinio in situ. Es impensable que tanto vasallo te quede mal, y ahora que las pruebas no prendieron, se concluye que todos esos representantes fueron parte del complot: "si el estado compró votos, también puede comprar representantes y observadores". No se diga más.
En la prensa debemos dar espacio a todos. Esa es la premisa principal y obedece a un principio democrático más que meramente laboral. Sin embargo, en el terreno de lo mediático puede, y de hecho se hace, política. AMLO debe gran parte de su "capital político" a los medios, quienes dimos espacio a su existencia.
Ahora que el hombre utiliza los medios para llamar a la resistencia y desacato judicial, ¿qué papel debemos juzgar los medios? ¿debemos dejar que hable hasta que se canse? ¿o deberíamos quizás ir cerrándole el espacio de manera proporcional a su llamado?
¿Es la existencia de AMLO, una amenaza a la seguridad nacional? De ser así, ¿qué papel jugamos los medios?
Si no se le cierra a AMLO la puerta a los medios, pienso que es de SUMA importancia que los medios sepan manejar a AMLO.
Antier analizaba una entrevista que le hizo Alatorre a AMLO la semana pasada. AMLO toma el micro, y dice lo que quiere... Alatorre simplemente no pudo entrevistarlo. Cuando AMLO no quiere contestar se sale por la tangente cinicamente. Alatorre le dice: no me contestes ahorita, pero te voy a volver a preguntar; AMLO le dice: estás en tu derecho de preguntarme (y le da a enteder que él de contestarle). Alatorre ríe nerviosamente. No le contestó. Y así en muchas entrevistas más.
Los periodistas se tienen que sentar a pensar bien cómo trabajar con AMLO, sino pasará exactamente lo que narra Leyva; y no creo que ese sea el tipo de periodismo que se deba hacer en estos momentos.
Y ni se diga de la entrevista de ayer en Televisa. Joaquin estaba saliendo de sus "casillas". Andrés Manuel aprovechando el espacio para dar su comercial e invitar a todos los ciudadanos a reunirse hoy y el domingo en el zocalo. Imparable y nécio. Habló lo que quizó, y Joaquín no pudo mantenerlo como el simple entrevistado.
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