El tren tranquilo nuevamente. La luz igual, intermitente, cala, honda, oscuridad y noche se traslapan. Viento azul, la calle gris, todos los cantos aplastados en la calle, violetas muertas yacen en los recuadros de las ventanas. No, no no. Nonono. No pasó nada, es esta lluvia lenta, este tiempo silencioso, este cuervo inútil que sólo sirve para recordar que ayer es diferente de hoy por el simple hecho que no es ayer. Nada más.
Una luz intermitente de edificio hiere mi noche se me clava entre los ojos velozmente la última serenata inédita que me quedaba muere en la calle planchada por la luna los charcos de lluvia se congelan.
El tiempo es el marcapasos secreto de mi silencio. Mi silencioso secreto sobre el tiempo. Mi temporal secreto del silencio. Una hostia, nada más.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario