Los ambulantes dentro de los vagones son más que comunes y eventualmente algunos indigentes, débiles visuales, sordomudos o faquires también aprovechan la conglomeración para hacerse de algunas monedas (loquegustecooperar style). Eso, después de un recorrido Universidad-Balderas, se vuelve demasiado habitual. Pero hay algo que cada vez que ocurre me deja profundamente pensativo: se sube un joven de unos veintitantos años, sin ninguna discapacidad física o cognitiva apreciable y dice “les vengo a pedir unas monedas, porque no me gusta robar”. PUM. Un monumento al cinismo. La frase en sí es, digamos creativa. Lo aberrante es el HECHO de que la gente comienza casi siempre a regalarle algunas monedas a este joven. No comprendo.
‘Together in creativity for peace!’ Sain, the indie label pushing Welsh
music forward for 56 years
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It’s gone from a cowshed to a cultural institution. As its 3,000-album
archive gets digitised, different generations explain how Sain deepened
Welsh iden...
Hace 14 horas.
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